El laberinto de los 4 marcadores del Dr. Hamer
Como refugio, trampa o camino de iniciación, el laberinto formó parte de la cultura humana desde sus comienzos. Muchos lo han graficado, miles de culturas lo han plasmado y jugado como una expresión simbólica de algo más allá de lo consciente.
Una información misteriosa que pugnaba por ser reconocida mientras Borges lo deducía….
Muchas veces lo descubríamos pero era tan divertido que lo escondíamos en lo profundo del inconsciente para poder seguir explorándolo.
Y aquí estamos todos, los que seguimos jugando, los que lo aceptamos tal cuál es, los que no se preguntan sobre su diseño y los que sí lo hacemos día tras día.
En cada etapa de la vida sobre la Tierra teníamos que desarrollar conflictos para explorar el cuadro a cuadro del potencial humano y así configurar el campo gravitatorio sobre el cual rondaría la vida.
La referencia externa nos hizo colocar ese laberinto afuera y equivocar una y mil veces la salida, mas él no estaba afuera…
La pregunta es ¿Quiero salir del laberinto? O me contento con jugar y jugar sin hacerme responsable de su diseño y estructura?
Los humanos en cada parte del planeta, día tras día abrimos el tiempo en aperturas temporales que podemos sintetizar en una pregunta y respuesta llamada conflictos.
Que como sabemos son una unidad, solo que el espacio va más despacio que el tiempo.
Espacio es un principio femenino, tiempo es un principio masculino, la entrada al laberinto es parte del juego , pero ¿qué pasa si en vez de jugar yo, juegan conmigo …que pasa si el juego se vuelve distópico?.
Alguien ha hackeado el sistema, esa es la función del trauma.
Trauma que está más allá de la existencia y que el dr Hamer descubrió en sus 4 marcadores biológicos: supervivencia, protección, comparación y competencia y territorio.
Estos marcadores son parte de la evolución de las especies en la vida sobre la tierra y son la memoria vivida cada vez que un síntoma aparece en nuestro cuerpo o un conflicto nos atraviesa el alma.
